NUESTRA HISTORIA

Ya desde la década de 1940 existía en Vitoria-Gasteiz, capital de Álava, un nutrido grupo de belenistas que se esforzaba por impulsar el belenismo. Lo hacían a través de su participación, como “Asociación Navideña”, en los concursos que se organizaban al amparo de la antigua Caja de Ahorros Municipal de Vitoria, actualmente Caja Vital Kutxa.

Pero hubo que esperar hasta principios de 1987, tras varios intentos fallidos por una u otra causa, para formalizar la intención de fundar una Asociación independiente de las actividades navideñas de la Caja. El impulso final lo protagonizaron el Padre Carmelita Juan Cruz Apodaca y Pedro Pablo González Mecolay, a la sazón “culpables” de la recuperación, para disfrute de los vitorianos y alaveses, del gran Belén del Carmen. Hagamos aquí un poquito de memoria.

La historia del Nacimiento de El Carmen se remonta a la fundación, en el año 1900, del Convento y la Iglesia del Carmen. Del belén de aquellos años tenemos muy pocas referencias. Dicen los propios frailes carmelitas que sería humilde, sólo con las figuras del Niño, San José y María colocadas con cariño cerca de la imagen de la Virgen del Carmen. En la década de 1940 comenzó a instalarse en la capilla de San José un gran nacimiento. El Padre Juan Cruz, en su época de estudiante en el Colegio Mayor del Convento, colocaba con sus compañeros las enormes figuras de medio metro de alto de aquel primitivo conjunto.

Pero al comienzo de la década de 1960, a la par que un grupo de belenistas vitorianos, entre los que se hallaban Julián Ortiz de Viñaspre, José María Otazu y Luis María Sánchez Iñigo, entendieron que el Parque de La Florida era el escenario natural ideal para montar una réplica a gran escala de los tradicionales belenes (proyecto que cristalizó como Belén Monumental, a cargo del Ayuntamiento, en las Navidades de 1962), en la Comunidad de los Carmelitas Descalzos se estaba gestando el traslado del Colegio Mayor del Convento de Vitoria al de Amorebieta (Vizcaya). El nuevo destino de los padres carmelitas que se encargaban de su montaje, dejó a los vitorianos, a partir de 1964, sin el entrañable belén de la Iglesia del Carmen.

Hubo que esperar a 1984 a la recuperación del belén. Televisión Española tenía previsto retransmitir una de las misas dominicales del período de Adviento desde la Iglesia del Carmen. El ya citado varias veces Padre Juan Cruz Apodaca, al frente de la Cofradía del Carmen, consideró, para engalanar la iglesia para la ocasión, retomar la tradición de instalar el belén. Para ello solicitó el asesoramiento y la colaboración de los belenistas que pocos años más tarde, y gracias al empuje del fraile, fundarían la Asociación alavesa, creándose desde entonces un fuerte vínculo de unión entre dicho colectivo y la Comunidad de los Padres Carmelitas. A todo esto hay que añadir que el belén se montó partiendo de cero, construyendo un entramado de madera y comprando figuras nuevas ya que apenas quedaba nada del antiguo belén y lo que había estaba deteriorado. Por cierto: la retransmisión televisada de la misa tuvo que suspenderse por un fuerte temporal de nieve.

La vinculación entre Carmelitas y belenistas desembocó en que, ya desde 1985, uno de estos últimos, Pedro Pablo González Mecolay, que ya había colaborado con el Padre Juan Cruz en 1984 a petición expresa del fraile, se hiciera responsable de la creación y montaje del Belén del Carmen, consiguiendo que el mismo se fuera convirtiendo, con el tiempo, en cita ineludible durante las Navidades para los vitorianos y alaveses.

Todo este relato histórico nos conduce, retomando el hilo inicial, a enero de 1987: durante la entrega de premios del concurso de belenes organizado por la Caja de Ahorros Municipal, Pedro Pablo González convocó a los belenistas presentes en el citado acto a una reunión para intentar crear por fin una asociación. Tras meses de trabajo callado del Padre Juan Cruz, redactando los estatutos fundacionales con la colaboración de la Asociación Cultural Hoguera, el 17 de octubre de 1987 tuvo lugar la asamblea constituyente de la Asociación Belenista de Álava. Meses más tarde, el 6 de Marzo de 1988 fuimos admitidos como miembros de la Federación Española de Belenistas (FEB).

Desde las Navidades de 1988, la Asociación diseñó un guión de actividades a desarrollar que prácticamente se han mantenido invariables hasta hoy. Entre ellas encontramos el Pregón de Navidad, la Muestra Belenista y la organización de Cursos y Concursos de belenismo. A estas actividades se ha añadido posteriormente la organización de la Ruta de Belenes.

Desde el año 1988, la Asociación Belenista de Álava comienza sus actividades públicas anuales con la organización del denominado Pregón de Navidad, acto que se complementa con alguna representación o actuación musical a la altura del evento. Tal como dice el diccionario de la RAE (Real Academia Española de la Lengua), la palabra Pregón, en su 2ª acepción, significa “discurso elogioso en que se anuncia al público la celebración de una festividad y se le incita a participar en ella”. Pues bien, por nuestra tribuna han desfilado insignes personas para pregonar en voz alta la llegada de la Navidad. A todas ellas les agradecemos sinceramente haberse prestado a ello. Entre ellas podemos destacar, por ser conocidas más allá de nuestro entorno, a Monseñor José María Cirarda, Paloma Gómez Borrero, Monseñor Elías Yanes, José Ángel Cuerda, Emilio Guevara, Toti Martínez de Lezea, Henrike Knörr, Iker Romero, José Manuel Sánchez-Molina o Mikel Sánchez.

Nuestra actividad más destacada es la Muestra Belenista de Álava. Todos los años, e ininterrumpidamente desde el año 1988, hemos expuesto en el Claustro Conventual de los Padres Carmelitas, sito en la calle Manuel Iradier, unas magníficas colecciones de Nacimientos, figuras y trabajos belenistas de las más diversas procedencias. Esta exposición es, sin lugar a dudas, una de las más visitadas en Vitoria-Gasteiz (32.000 visitantes en unos 20 días de exposición).

También, desde hace varios años, estamos exponiendo belenes en la Casa-Museo de los Faroles (Cofradía de la Virgen Blanca) y en la Oficina de Turismo de Vitoria-Gasteiz. Años atrás hemos expuesto trabajos en la Casa del Cordón (propiedad de Caja Vital Kutxa), en la Diputación Foral de Álava o en la Sala de Exposiciones de Caja Laboral. No podemos olvidar los belenes expuestos por las iglesias de la ciudad, realizados en su mayoría por miembros de nuestra Asociación.

Desde el año 2004, organizamos en colaboración con distintas instituciones, la Ruta de Belenes, que es un recorrido turístico que, en las fechas navideñas, nos lleva a visitar los mejores y más tradicionales nacimientos instalados por la ciudad. Esta actividad es fruto de una gran idea de los responsables de la Obra Social de Caja Vital Kutxa, quien, con nuestra colaboración, organizó en sus inicios esta Ruta. Desde las Navidades 2005/2006 esta ruta ha cogido, si cabe, un mayor auge gracias al apoyo desinteresado del Departamento de Turismo del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, ya que desde entonces edita todos los años, con nuestra coordinación, unas guías turísticas con el recorrido de la Ruta de Belenes.

Pero no sólo hemos expuesto en nuestra provincia. La calidad de algunos de nuestros trabajos artísticos ha podido ser admirada en las exposiciones de belenes organizadas con motivo de Congresos Nacionales e Internacionales, como los de Madrid en 1992, Vic en 1993, Pamplona en 2000, y Villarrobledo y Hradeck-Kralove en la República Checa en 2004.

También, en 2005, diseñamos y realizamos un escenario completo para el Belén Napolitano de la Diputación Foral de Álava, que se expone en el Museo de Arte Sacro de Vitoria-Gasteiz.

Cada año convocamos concursos de belenes, en los que conseguimos la participación de miles de escolares (nuestra futura “cantera”).

Desde nuestra fundación hasta nuestros días venimos organizando cursillos de belenismo encaminados a formar en el tema a los centenares de alaveses interesados que se han acercado hasta nuestra sede, adquirida con el esfuerzo de nuestros socios e inaugurada en 1994. Los cursillos consisten, sobre todo, en el aprendizaje de las técnicas mínimas necesarias para construir un Belén. Los que habéis visitado nuestras exposiciones comprenderéis que en el “oficio” de belenista confluyen ciertos conocimientos de historia, paisajismo, diseño, electricidad, pintura, fontanería, albañilería o carpintería, todos ellos aderezados con dosis de buen gusto y paciencia.

Fruto de los años de experiencia impartiendo cursos, hemos editado un pequeño manual denominado “Curso Práctico de Belenismo”, que podéis consultar a través de nuestra web “www.arabelen.com”. También editamos un boletín con nuestras actividades llamado “Arabelén”, y desde nuestra ya citada página web, difundimos nuestra historia, cultura, trabajos, actividades e inquietudes a todo el mundo.

En el año 2001, la Asociación Belenista de Álava fue galardonada con la Distinción Landázuri en su modalidad colectiva. Dicho premio lo concede la Sociedad Landázuri, quien, con el mismo, intenta premiar a aquellos que realizan un trabajo callado, honrado y perseverante, que redunde en el bienestar o la cultura de todos los alaveses. Nos sentimos muy orgullosos por ello.

En 2007 la Federación Española de Belenistas nos concedió el Premio Nacional “Imagen de la Navidad”, gracias a la fotografía titulada “Ángel del silencio”, realizada por Eduardo de No a un belén de Pedro Pablo González Mecolay.

Desde nuestra entrada como miembros de la FEB en 1988, hemos asistido de manera regular a las reuniones y Congresos Nacionales e Internacionales convocados anualmente. Incluso en 2004 organizamos una Convención Nacional de Belenistas en la localidad alavesa de Laguardia y colaboramos en la edición del libro “El Belén de Santa María de los Reyes de Laguardia (Álava). Un Belén barroco de movimiento”, de Clara I. Ajamil y F. Javier Gutiérrez.

Como todas las historias, la nuestra recoge lo ocurrido en el pasado. Seguimos en el presente y seguiremos en el futuro trabajando para ir añadiendo páginas a la misma al estilo de siempre: promoviendo el belenismo de una manera callada, perseverante y sin protagonismos innecesarios, personales o colectivos, de lo que nos sentimos muy orgullosos.